miércoles, 10 de agosto de 2011






PESADILLA 1






Peleo cuerpo a cuerpo




con un dinosaurio fluorecente




en un descuido me arranca un brazo




mi sangre es verde y lo llena todo




con una de sus garras me saca un ojo




cae botando como canica y se pierde




me tira otra mordida y la esquivo




preparo el contraataque




suelto un golpe directo a su hocico




le hago daño




para su buena suerte despierto




la lengua me sabe a sangre




en la mano guardo un colmillo.

viernes, 29 de julio de 2011








ELLA

Ella nunca quiso ser

Y nunca fue más de lo que quiso

Se perdió un día

Que salió caminar por su memoria

No quiso hallar el camino de regreso

Se saco un ojo y se lo regalo a un ciego

Le dio también una pierna

Y también le dejo sus sueños.


Ella escribía mejor que yo

Y me dejo su libreta

Hay noche en las que trato de encontrarla

en sus poemas y sus cuentos

Pero ella tejió un laberinto

Y hay ocasiones en las que yo también me pierdo

Confundido me quito los ojos

Y los pongo a ver el pasado

Encuentro el camino y escapo

Siempre sin matar al minotauro.


Ella me hizo prometer que jamás volveria a decir su nombre

Que si algún dia escuchaba mi voz llamándola

Volveria, solo por mi, sin amor,

Tan solo por lastima.

Se que ella siempre odio la nostalgia

Una noche en la que creyo que dormía

Con los ojos entreabiertos

La vi asesinar a la esperanza.


Ella siempre creyo ridículo que yo la amara

Se burlaba de los sentimentalismos,

Odiaba haberse quedado conmigo

Mas tiempo de lo que estaba acostumbrada

Detestaba los formalismos

Asi que un dia empaco su sombra

Dejo sus miedos y le crecieron alas.


Ella vagabunda en su propio exilio

Que siempre aguanto su llanto

Tenia miedo a las escaleras y a los perros

Nunca desperdicio una caricia

Tenia miedo al arrepentimiento

Buscaba siempre estar en otros lugares

Y Morir cada domingo.

Deseaba volverse ceniza, polvo, humo de cigarro

salir volando por la ventana

y pertenecerle al viento.

lunes, 25 de julio de 2011


SOÑE MI MUERTE


Un hombre viejo con el bigote bien recortado
Acompañado de una dama de cabello ensortijado
Dos amantes que pasean, otro par de turistas con los brazos cruzados
Hay algo misterioso en su caminar
Sus pies son de plomo, y desconozco lo que eso significa.


El hombre dice algo a la mujer en el oído
Ella sonríe con sus dientes perfectos, su sonrisa refleja felicidad temporal
Sus ojos van de aquí para allá, hacia ningún sitio.

El hombre pone una mano en su espalda y con la otra señala un lugar en particular.


Sus pies de plomo se arrastran por la banqueta
Por la noche a caído una lluvia ligera
El aire huele a flores y un sol sucio se abre paso entre las nubes
Ella carga en sus manos un reloj de arena
Se detiene un instante su sombra danzante parece evaporarse
Me clava su mirada brillante e inexpresiva, se siente tan pesada

El hombre ahora me parece inmenso, su mano derecha es un martillo
Su piel es como arena de playa, su lengua es un verso de palabras escritas que riman

Tiene la actitud de ser un hombre satisfecho, sus ojos son feroces y quieren morderme

Ella lo impide, parece un ave esparciendo sus sueños en el bosque
ahora es una niña levantando castillos en su arena


Yo estoy justo ahí de frente, mirándole; Bebiendo directamente de sus ojos
Me avergüenzo del aspecto que tengo, sacudo la cabeza y me alejo confundido
Ella dice mi nombre y luego el suyo, me detengo doy la vuelta
Extiende el reloj hacia mí, de la punta de sus dedos cuelgan indecisos brillantes cascabeles

Me pide que no tenga miedo, es una bendición haber sido elegido.
Tomo una de sus manos, esta tan fría, Yo no quiero quitarle tiempo
En lo más profundo de mi corazón tan solo deseo robarle un beso

jueves, 14 de julio de 2011


Pienso en ti

En la soledad del onanismo mañanero

Aun huele a madrugada

Y mi monstruo personal

Corre a esconderse bajo la cama

La noche me ha dejado una erección tremenda

Y yo pienso en ti

Con mis manos

Cada uno de los dedos de mi mano derecha

Lleva una letra escrita

Formando tu nombre

Puedo sentir como tu calor me abraza

Imprimo un ritmo

Pareciera que padezco mal de Parkinson

El sudor se forma

Chicas sonrientes

en sugerentes poses

me miran,

desde las pegajosas hojas

de las revistas

que como tu bien sabes

me ayudan,

a vencer la monotonía

de las noches solitarias

en las que los sueños se vuelven húmedos

y las fantasías parecen vivas.

pienso en ti

con mis manos

y comienzo a moverme

ahora eres un recuerdo tibio

a mano limpia

parezco un acróbata

con un pequeño ataque epiléptico

aprieto los dientes

cierro los ojos

grito, un grito que mas bien parece un gruñido

exploto como nunca

soy una fuente de semen

inagotable

grito,

respiro, el sudor perla mi frente

apenas lo noto

busco una toalla,

necesito asearme

limpiar mis dedos

aun no amanece

voy a buscarte otra vez en mis sueños

pienso en ti y me sumerjo

antes de que se vuelvan polvo

encuentro

la felicidad desnuda

ADIOS AL PARAISO

Ella me miro con algo que siempre pensé era lastima
Sus ojos eran agujeros negros capaces de engullir galaxias
Sus pestañas eran mensajes a la distancia
Su rostro una máscara de silencio
Sonriente desato la lluvia y anego la espera
Tuve que dejar de verla para no asfixiarme
Algunas veces la memoria se vuelve un laberinto
Comencé a sentirme profundamente triste
Me odie a mi mismo
Sucumbía….
Elegí mantenerme digno
No hubo una sola lagrima
Ni un solo intento por recuperar el pasado
El desconsuelo me llego de golpe
Todas las palabras se me enredaron en la lengua
No le dije que la amaba
Tal vez no fuera cierto.

CITA CON EL PSICOLOGO

Incipientemente calvo
Un escritorio de madera fina
Sillón reclinable
Abanico de techo
Paredes grises
Detrás del formulario que previamente había llenado
Surgió la primera pregunta:
¿bebe?
Si
¿cada cuanto bebe?
Cada que me siento triste
¿cada cuando te sientes triste?
Cada día que amanece
¿y porque crees que te sientes triste?
Porque pienso en los niños
¿Cuáles niños? Háblame de los niños
Veo sus boquitas gritando, sus ojitos llorando, me gusta el olor y el sabor
De su sangre, me gusta ver mis mordidas en sus bracitos.
Y dime esos niños ¿Quiénes son? ¿son reales?
Son mis hijos
¿Cuántos hijos tienes?
Ninguno
¿Entonces son imaginarios?
Si
¿y por que crees que imaginas a estos niños, tus hijos, y les haces daño?
Porque no quiero que crezcan y le peguen a su padre
¿Por qué crees que al crecer le pegaran a su padre?
Porque yo le he pegado al mío
Háblame de eso, cuéntame de tu padre
Le tumbe dos dientes y le arranque un mechón de pelo
¿Por qué hiciste eso?
Quiso matarme
Detengámonos un poco en ese tema ¿Por qué piensas que tu padre quiso matarte?
Me estaba ahorcando, tuve que pegarle
¿Por qué te estaba ahorcando
Peleamos………………… por drogas
¿El te inicio en las drogas? ¿aun las consumes?
No llevo un año limpio
¿Qué drogas consumías?
Cocaína, mariguana y extasis
¿Y que te llevo a consumir drogas?
El miedo
¿y a que le tenias miedo?
A las voces
¿a cuales voces? ¿aun las sigues escuchando?
Solo las escucho cuando no estoy dormido
¿y que dicen esas voces?
Dicen que debo matar a mis hijos
¿Por qué crees que te pidan matar a tus hijos, si aun no los tienes?
Es porque soy la octava reencarnación de YOSIMAT, profeta de los perros
¡¿…………….?! Volvamos a tu padre, cuéntame ¿te pegaba de niño?
Solo cuando me portaba mal
¿Cuales eran las fallas en tu comportamiento, que ocasionaban que tu padre te golpeara?
Casi cualquier cosa, aunque me iba peor cuando robaba comida
¿que te orillaba a robar comida? ¿no eras bien alimentado?
La comida no era para mi
¿entonces para quien robabas comida?
Para alimentar a los perros de la calle
¿Alimentabas a los perros? ¿Que sentimiento te provocaban?
No, los alimentaba porque deberían estar gordos para el sacrificio
¿sacrificabas perros?
No, antes debía practicar con gatos
¿sacrificabas gatos?
No, soy alérgico a ellos.
¿…………………….?
-silencio-
¿……………………?
Un reloj parecido a los que usan en las partidas de ajedrez
Anuncio el fin de la hora.
-pasa con mi asistente, ella te dará tu programa de citas, y también la factura-
Me levante del reclinable
-gracias doctor-
-por nada, nos vemos la próxima cita-
Camine hacia la asistente, ella hablaba por teléfono
Escribía algo solo que yo no alcance a ver el monitor
Me dio mi hoja de citas
Debía visitar al doctor 3 veces por semana
En sesiones de una hora.
Me entrego la factura ¡500 pesos! (unos 45 dolares)
Pague y haciendo gala de decencia, aun di las gracias
La asistente sonrio
Y me dijo:
-nos vemos la próxima semana-
-OK, aquí nos veremos-
Jamás volvi.
Ni que estuviera loco.

EL ESCRITOR

Su mundo era imaginario. Estiro su mano y contemplo largo rato sus huellas dactilares, su rostro de mártir paranoico, tenía una expresión estúpida. Cuando sus dedos convertidos en polvo, cayeron a la alfombra. Quiso moverse, usar su otra mano para recogerlos, pero no pudo. Sentía un cansancio tremendo, una astilla de realidad le atrevezo el cerebro, encendió otro cigarrillo, alcanzo su libreta de apuntes y escribió:


“cuanto mas se abandone uno, menos lo abandonaran los demás”
F.N




De pronto se supo solo, se sintió enfermo, necesitado de un platón de sopa caliente, de una manta tibia, quizá de un abrazo. La cabeza le dolía, sentía los labios como papel de estraza, una bola de fuego atorada en su garganta.
–Los dioses están en mi contra- bromeo para si mismo.
No llego a sonreír, se quedo dormido.



Demasiado tiempo de estar activamente interesado por la suerte de la humanidad había ido mermando su lucidez. En medio de sus sueños gritaba frases inconexas, alguien quería asesinarlo, lavarle el cerebro, o hacerle un cambio de conciencia. Estaba en la lista de personas sospechosas de cometer el peor de los crímenes. Hombres de rostros alargados y humeantes lo buscaban, lo perseguían a el por conocer la verdad revelada. El secreto de cómo se mueve el poder en las sombras. Demasiados volúmenes dedicados al tema, sus contactos secretos lo habían elegido a él como intermediario. Para mostrarle al pueblo como un grupo de judíos millonarios controlaban el mundo. Alienígenas y zombies babeantes, naves interplanetarias, reptilianos instalados en la tierra, campañas medicas, la educación, la demanda y el consumo. Todo servía, incluso se apoyaban en falsas teorías, enseñadas como hechos. Sus pesadillas fueron tremendamente reales, completamente vividas.

Un par de horas después despertó empapado en sudor y orines, su incontinencia lo había traicionado. No supo precisar si era de día o de noche, la habitación estaba en penumbras, con un gran esfuerzo pudo sentarse. Llevaba dos días tirado en ese sillón. Temblando, delirante. ¿Alguna bacteria? ¿le habrían puesto algo en el agua? ¿algún virus en el aire?. Pensó que todo era posible. Tembloroso se puso de pie, vacilante dio algunos pasos, tomo una pijama. Se dirigió al cuarto de baño, abrió la puerta, encendió la luz. Se quito la ropa mojada y sepuso la pijama. Miro su rostro en el espejo, se asusto, estaba pálido cadavérico, su cabello entrecano estaba sucio y despeinado, su aliento olía mal y sus mejillas estaban hundidas. Esta vez habían acabado con el, estaba seguro. Se hecho agua sobre la cara, tuvo miedo de ver que había en sus ojos. Apago la luz y salió.

En un escritorio removió varios libros, algunos escritos por él. Unas cuantas hojas de papel donde había apuntado algunas nuevas ideas. Era escritor, de eso vivía. Por lo menos eso pensaba. Abrió un cajón y encontró lo que buscaba. Se sirvió un whisky, lo tomo de un trago.


De vuelta en el sillón tomo el pequeño termómetro, lo puso en su oído, marcaba 41 grados, una fiebre altísima.
-Por la menos ya tengo a que echarle la culpa por mis desvaríos- penso
Sonrió.
Y se durmió muy tranquilo.

lunes, 13 de junio de 2011

PACTO CON EL DIABLO

El diablo vino a visitarme

A primera hora del día

Vestía un traje elegante

Sus cuernos estaban limpios

En la punta note un pequeño brillo

Su color rojo era un poco exagerado

Contrastante con sus blancos colmillos

Entro sin abrir la puerta

Se sentó a mi lado

Ofréceme algo de beber- ordeno-

¿Café o agua? Pregunte yo

¿Así tratas a tus amigos?

Dame una cerveza

¿Café o agua?

Esta bien, este bien, café.

Dos de azúcar y una de crema.

Serví dos tazas de café,

Uno con Dos de azúcar y una de crema

Yo lo tomo negro.

Fui a sentarme

Nos quedamos viendo largo rato

El daba sorbos a su taza y jugaba con su cola

Yo trataba de ordenar mis ideas

¿y bien? Pregunto

¿y bien que? pregunte yo

¿Ya te decidiste? ¿Haremos trato?

NO

¿Estas seguro?

¿Recuerdas a la chica de ayer? la que vimos en el transporte, la de ojos de miel.

¿Qué hay con ella?

Yo puedo dártela

No me parece conveniente, creo que ella tiene sus propios demonios

También podría regresar el tiempo, recuperarías a tu esposa y a tus hijos

¿Mas café?

Si, dos de azúcar y una de crema

Serví los cafés

Lo mire a los ojos, luego sus cuernos,

Luego su cola

De vuelta sus ojos

Sigue sin parecerme una buena oferta- dije-

Pide lo que quieras, yo te lo daré.

Que tal si solo me dejaras en paz

Y ya no vinieras a tomarte mi café.

¿eso es lo que quieres?

Que tal si me permitieras dormir una noche completa

Sin preocuparme por el ayer

Puedes pedir lo que sea

Esta bien, el trato es el siguiente:

Aparecerás solo cuando yo te llame

Y no debes vestir tan formal

Tu color no debe ser tan rojo

Además debes traer tu propio café.

También quiero pluma y papel

Y escribir cada palabra que hemos dicho.

Me miro con una mueca sonriente

Nos dimos la mano para sellar el pacto.

Tenia una fuerza tremenda

Y las uñas mas largas y sucias que yo haya visto.

Tenemos un trato

dijo antes de levantarse

su café aun estaba humeante

avanzo hacia un rincón de la habitación

algo mas

dije yo

y dime ¿que es?

Que tal si dejas de ser parte de mi locura

Y dejas de esconderte bajo mi piel.

Su cara se transformo en una mascara horrible

Grito,

Abrió sus fauces y escupió toda clase de plagas

De sus ojos salía fuego

Su color rojo se volvió negro

Su vientre estaba hinchado

Me dio un poco de miedo

Asi que tome mi taza

Apure un trago

Justo antes de verlo extinguirse

entre el humo del café.

HABITACIONES DISPONIBLES

Empezó el cansado duelo
entre la memoria y la añoranza
y aquí estoy enredado en recuerdos
Deseando lo que ya tenia
Dicen que hay que darle tiempo al tiempo
Pero empiezo a dudar que esto sea cierto
Pues yo nunca estoy a tiempo
Poseo la dudosa virtud
De estar siempre donde nunca pasa nada
Yo lo llamo mi propio desierto
En el que mi corazón es un hotel de paso
Y para jugar a ya no estar tan solo
He puesto un neón brillante
En donde puede leerse
la siguiente frase:
“Habitaciones disponibles”.

SIN DIOS Y SIN DIABLO

Acercándome lentamente
A mil kilómetros por segundo

Sin descanso

frente al espejo
me miro por dentro
Explorando mis propios limites
Llegando al umbral de mi dolor
Mis ojos se han ido marchitando
Guardo una tormenta bajo los parpados
Un grito ahogado en la garganta
La noche suena
Atrapado en mi propia prisión
Anquilosado en este cuerpo que no siento
Espuma blanca escurre de mis dedos
Con espanto enfrento a mi propio demonio
Me deshago de el
Ahora la culpa se ha convertido en plaga
Mi piel se ha llenado de escamas
Mate a dios esta mañana
Ya no poseo amigos imaginarios
El silencio se ha ido reciclando
El día nace inmaculado.

martes, 10 de mayo de 2011

ES ASESINO

El asesino se detuvo frente a la puerta, miro a ambos lados de la calle, esta estaba vacía. El viento invernal azotaba la ciudad de manera incansable. La noche presentaba una luna legañosa de nubes. Nadie lo miraba, eso le gusto. Apago su cigarrillo, lo aplasto contra la pared, luego guardo la colilla en su chaqueta.


Sus manos toscas, enguantadas, abrieron la puerta lentamente. Esta no hizo el menor ruido, las bisagras estaban en buen estado. Aceitadas. Su sombra se alargo por la estancia gracias a la luna. Cerró la puerta tras de sí. Estaba oscuro, era una sala sencilla, un par de sillones, una mesa de centro, tres cuadros de naturaleza, un par de fotografías, un centro de entretenimiento, algunas figurillas de cerámica. Se quedo quieto esperando que sus ojos se adaptaran a las sombras. Cuando lo hizo recorrió el lugar con la mirada. Cuidadosa y lentamente camino, casi de puntitas, hacia un sillón. Se dejo caer pesadamente. Se agarro la cabeza con ambas manos, como queriendo aclarar sus ideas. Se quito los guantes, los guardo en otro bolsillo de su chaqueta. A parte del viento no se escuchaba ningún otro ruido, la noche parecía totalmente en calma. Como muerta.


Empezó a respirar agitadamente, trato de calmarse, no quería que nadie advirtiera su presencia. Se levanto, se dirigió hacia un hueco en la pared, una puerta. Daba a la cocina, una mesa, estufa, refrigerador, una cocineta chica y una maceta aburridamente en un rincón. Abrió el refrigerador, la luz ilumino su rostro, sus ojos brillaban furtivos, como de lobo, su boca era solo una mancha bajo el bigote, estaba picado de viruela, la nariz era grotesca, roja a causa del frio y del whisky, asomaban unos pelillos por cada fosa. Cogió el galón de leche, dio un buen trago, se limpio la boca con el antebrazo, volvió a beber. La leche estaba fresca. Eso lo animo a sentirse bien. Seguía rodeado de sombras, parecía que la casa estuviera vacía, quiso comprobarlo.


Guardo la leche, cerró el refrigerador, camino de vuelta a la sala, era un profesional, parecía no pisar el suelo, flotar o deslizarse sobre hielo. Con los ojos ya acostumbrados a la poca luz se dirigió a otra puerta, se detuvo un momento, como si dudara, alargo su mano giro la perilla, empujo, se abrió fácilmente. Dentro dos pequeñas dormían en camas gemelas, abrazadas a un peluche. Una parecía tener unos siete años, la otra un par menos. Eran lindas, de cabello negro y piel blanca, camino hasta quedar en medio de las camas, miro largo rato a la mas grande, luego giro hacia la otra, le parecieron tan frágiles, pensó que matarlas no le llevaría nada de trabajo. De igual forma a como entro, salió, cerró la puerta cuidando no perturbar su sueño.


Siguió caminando por la casa, se sentía con confianza, era el mejor en lo que hacía. Cruel, silencioso, rápido y efectivo.


Algunas veces el mismo se decía que no tenia corazón, casi llegaba a asustarse de las cosas que había hecho. Sus ojos parecían casi bondadosos, entonces miraba todas y cada una de las caras de sus víctimas. Por un par de semanas lo asaltaban en sus pesadillas, pero luego regresaba su realidad, sus ojos recuperaban la fiereza. Las pesadillas se iban y sus víctimas eran solo otra estadística, para alguien más.


El asesino abrió otra puerta, en la cama dormía una mujer, estaba de costado. El solo miraba su cabello, y adivinaba su espalda bajo las cobijas. Con pocos pasos llego hasta la cama. Se quito la chaqueta y la dejo caer sobre la alfombra, luego se sentó sobre la orilla de la cama, cuidando de no despertar a su ocupante, se inclino un poco, se quito cada una de sus pesadas botas, las empujo con un pie bajo la cama. Volvió a levantarse, de una manera que podemos llamar delicada, levanto las cobijas, se metió en ellas, la cabeza sobre la almohada, un escalofrió le recorrió el cuerpo.


Su brazo derecho se deslizo como tocando fuego, era un brazo fuerte. Su dedo índice estaba listo siempre para apretar el gatillo. Se abrazo a su mujer, sintió el calor de su cuerpo, su palpitar. Pensó en sus hijas, durmiendo en la otra habitación, se sintió contento. A veces eso lo hacía reconciliarse con el mundo.

CADAVER DE AMOR

El amor se me quedo bajo los parpados

Encarnado,

Tatuaje de sangre

Y de recuerdo.

Memoria roja

Rastro indeleble de lo eterno

Cadáver durmiente,

Hirviente de gusanos

Fuego extinto.

Besos secos

Sobre labios marchitos.

El amor no pedido

El amor no dado,

El amor muerto

El amor no olvidado,

Se fue haciendo costra sobre mi pecho

Hasta formar un sentimiento espeso.

Demonio violento

Temor infundado, inquieto

Pero no menos cierto.

El amor se volvió un animal

Con colmillos, garras

Y nueve vidas al igual que un gato.

Y me come las entrañas

Las fuerzas, las ganas

Las esperanzas.

El amor se me fue muriendo

Y junto con el

Me fue matando.

PACTO CON EL DIABLO

El diablo vino a visitarme

A primera hora del día

Vestía un traje elegante

Sus cuernos estaban limpios

En la punta note un pequeño brillo

Su color rojo era un poco exagerado

Contrastante con sus blancos colmillos

Entro sin abrir la puerta

Se sentó a mi lado

Ofréceme algo de beber- ordeno-

¿Café o agua? Pregunte yo

¿Así tratas a tus amigos?

Dame una cerveza

¿Café o agua?

Esta bien, este bien, café.

Dos de azúcar y una de crema.

Serví dos tazas de café,

Uno con Dos de azúcar y una de crema

Yo lo tomo negro.

Fui a sentarme

Nos quedamos viendo largo rato

El daba sorbos a su taza y jugaba con su cola

Yo trataba de ordenar mis ideas

¿y bien? Pregunto

¿y bien que? pregunte yo

¿Ya te decidiste? ¿Haremos trato?

NO

¿Estas seguro?

¿Recuerdas a la chica de ayer? la que vimos en el transporte, la de ojos de miel.

¿Qué hay con ella?

Yo puedo dártela

No me parece conveniente, creo que ella tiene sus propios demonios

También podría regresar el tiempo, recuperarías a tu esposa y a tus hijos

¿Mas café?

Si, dos de azúcar y una de crema

Serví los cafés

Lo mire a los ojos, luego sus cuernos,

Luego su cola

De vuelta sus ojos

Sigue sin parecerme una buena oferta- dije-

Pide lo que quieras, yo te lo daré.

Que tal si solo me dejaras en paz

Y ya no vinieras a tomarte mi café.

¿eso es lo que quieres?

Que tal si me permitieras dormir una noche completa

Sin preocuparme por el ayer

Puedes pedir lo que sea

Esta bien, el trato es el siguiente:

Aparecerás solo cuando yo te llame

Y no debes vestir tan formal

Tu color no debe ser tan rojo

Además debes traer tu propio café.

También quiero pluma y papel

Y escribir cada palabra que hemos dicho.

Me miro con una mueca sonriente

Nos dimos la mano para sellar el pacto.

Tenia una fuerza tremenda

Y las uñas mas largas y sucias que yo haya visto.

Tenemos un trato

dijo antes de levantarse

su café aun estaba humeante

avanzo hacia un rincón de la habitación

algo mas

dije yo

y dime ¿que es?

Que tal si dejas de ser parte de mi locura

Y dejas de esconderte bajo mi piel.

Su cara se transformo en una mascara horrible

Grito,

Abrió sus fauces y escupió toda clase de plagas

De sus ojos salía fuego

Su color rojo se volvió negro

Su vientre estaba hinchado

Me dio un poco de miedo

Asi que tome mi taza

Apure un trago

Justo antes de verlo extinguirse

entre el humo del café.

jueves, 28 de abril de 2011

AQUELLA NOCHE

La encontré aquella noche

Hacia frio y no había luna.

El alumbrado nocturno

Proyectaba fantasmagóricas sombras

De cadáveres que se creen personas.

Mis huesos estaban congelados

Mis músculos rígidos,

Llevaba las manos en los bolsillos

Tarareaba una estúpida canción de moda.

Alguien dijo mi nombre

Voltee, y me encontré su sonrisa.

Nos acercamos,

Dijimos hola.

Intercambiamos trivialidades

Minutos que parecieron eternos,

Moviéndonos constantemente

A causa del frio

Y de una incomodidad nerviosa.

¡Bésame! – dijo-

Y yo la bese,

Su boca sabia a

Soledad

y al recuerdo de tiempos mejores.

la abrace, la apreté contra mi pecho

busque mi reflejo en sus ojos

y vi que lloraba.

vamos a mi casa, aquí hace frio. – dijo-

no es lo correcto, tu y yo……………….

Puso sus dedos en mi boca

Acallo mis palabras

Volvió a besarme.

Luego dijo

-Ven conmigo

El amor es el único camino

Que tenemos en común-

Se colgó de mi brazo

Sentí su cuerpo a través de la memoria.

El perdón era algo que no nos pertenecía

Me pregunte si quedaba algo que pudiéramos decirnos

Mentalmente iba escribiendo todo

Tal vez sacara de esto algún poema.

SEXO

Como llegamos a enredarnos de esa manera
No lo recuerdo
Yo sabía que sus brazos eran trampas mortales
ella sabía que mis palabras eran mentiras completas
Y medias verdades
Acordamos ir a su casa
Al llegar
No me fije en la decoración
O en la limpieza
O en cómo estaban distribuidos los muebles
Me senté en un sillón
Se sentó a mi lado
Bebimos un poco
Empezamos a besarnos
Más porque estábamos aburridos
Que por deseo de ambos
Algo no funcionaba
Y era tan triste
Que empezamos a quitarnos la ropa
No había pasión
La soledad podía palparse en el aire
Mis manos acariciaron su cuerpo
Pero no lo sentía
Era como si tocara
Una muñeca de papel viejo
Y mis manos estuvieran llenas de barro
sus manos también tocaban mi cuerpo
Eran como garras
Que dejaban nuevas heridas
Sobre las cicatrices abiertas
No me fije si su cuerpo seguía firme
Ni en sus pechos caídos
Ni en las marcas, ni las estrías
Igualmente ella no hizo caso
De mis dientes sucios y manchados
De mis huesos apenas cubiertos por la piel áspera
Ni de mi barba crecida
O los calcetines rotos
Caminamos hacia la cama
La angustia de lo inevitable
Nos cayo como una sombra
Y entonces con furia
entregamos nuestros cuerpos
yo tendido de espaldas
ella arriba.
Lloraba, sus lagrimas mojaban mi cuello
Me sentía cansado y sucio
Tuve un espasmo que me sacudió los huesos
Termine,
Pero ella seguía dándole.
Entonces con mi alma escondida bajo la cama
Comencé a ser consciente de lo que hacia
Empecé a ver la suciedad en las paredes
Capte un agrio olor que no puedo decir de donde venia
Mire mis calcetines rotos
Y me sentí ridículo.
Ella grito, se quedo quieta
Seguía llorando,
Se dio la vuelta y acostó de lado
Dándome la espalda
Quise abrazarla
Decirle algo lindo
Espere a que se durmiera
Me vestí rápidamente
Y me fui sin decirle adiós

miércoles, 20 de abril de 2011

UNA TARDE CON EL SEÑOR JACK DANIELS

Tengo mi sillón preferido

Justo frente a la ventana.

Me gusta ver que hay una especie de vida afuera

Aunque no pertenezco a ella.

La tarde esta cayendo

El sol se mete

A través de las sucias cortinas.

El señor jack daniels esta a mi derecha

Es lo mas parecido a un amigo

El teléfono esta descolgado,

La luz esta apagada,

Hace calor, asi que estoy solo en calzoncillos.

El señor jack daniels huele bien

Conserva la fragancia que dan los años.

Los ruidos de los coches, las risas, las voces

Todo se filtra y me llega diluido,

Gracias a el

y al cristal que me separa,

de la locura que se vive en las calles.

el señor jack daniels sonríe

no hablamos nada, no decimos nada

pero estamos juntos

pasándola bien.

Estoy en mi sillón preferido

La casa esta sola

El señor jack daniels esta conmigo.

La tarde esta muriendo

Sonrio.

Le guiño un ojo al señor jack daniels

Lo consumo.

Me siento tan bien

Tan tranquilo

La soledad no me sirve acompañado.

AMO TU SEXO

Amo tu sexo mujer
Y tus ojos cuando me miran
Amo tu manera de entregarte
Amo tus besos
Tu aroma, tu calor
Amo tenerte aquí
Pegada a mi piel
Amo que llegue la noche
Y ser tu cómplice
En este juego
En el que ahogamos
Nuestras frustraciones
Amo la luz iluminando tu costado
Amo tu lado de la cama
El refugio de tus brazos
Los sueños olvidados en tu almohada
Amo abrazarte
Llenarte de mi,
llenarme de ti
Tu sudor y el mio
Tu cuerpo y el mio
Tus uñas acariciando los espacios
Tus dientes masticando la nostalgia
Amo cuando llega la calma
Y me miras fijamente
Sonríes,
tibios instantes que te dejaron exhausta
amo ponerme tras de ti
hundir mi cara entre tu pelo
no hacen falta palabras
Tan solo un beso
Entonces se que puedo dormir tranquilo

EL COLOR DEL AMOR

Tu piel es el lienzo sobre el cual
pinto mis temores,
embarro de azul cobalto las pesadillas
símbolo inequívoco
de mi expresionismo interno.
cual Picasso en decadencia
mezclo el verde con el purpura
tratando de encontrar el color de la ironía.
amarillo gastado
rojo sangre
gris olvido.
muerto de hambre
con sed y eternamente derrotado
en busca de un estilo que no tengo.
mis sucios dedos
intentan pintar un sueño
algún paisaje solitario,
un crepúsculo sobre un mar lechoso.
naturaleza muerta
algún jarron con flores.
pintar tu desnudez perfecta
obra maestra de mi memoria lujuriosa,
los relieves de tu pecho
la humedad de tus adentros.
tu tristeza en color sepia
el futuro en blanco y negro.
buscando el color del amor perfecto
Van Gogh solo perdió una oreja
Yo ofrezco mi alma toda.

miércoles, 13 de abril de 2011

UNA NOCHE COMO CUALQUIERA

Algunos años atrás yo era mas joven, y mas estúpido. Aquella noche había bebido, eso en realidad no era algo extraordinario, ya que llevaba algún tiempo bebiendo a diario. Lo que se salía un poco de la rutina es que aquella noche quise manejar. No me gusta manejar, y menos borracho. Soy una especie de borracho consiente. Una vergüenza.



Llovía un poco , una lluvia ligerísima, casi una brisa. Las calles estaban mojadas. Ya eran peligrosas estando secas, llenas de baches, de bordos y de peatones estúpidos.

Se había tratado de una fiesta, o algo que quiso ser una fiesta. la realidad es que solo habíamos siete u ocho tipos embriagándonos, y dos gordas haciéndose las dignas. En fin eso no importaba mucho, ya que yo tenia novia y solo había ido por la promesa de cerveza y vodka gratis, sobre todo el vodka. Ese era mi periodo vodkacólico.

Estuvimos ahí dándole al vodka, a la cerveza, alguien saco una botella de tequila, alguien mas prendió un churro, sacaron coca. La fiesta se iba animando. Yo me anime a bailar, puse un poco de ambiente. Me movía entre aquellas dos gordas, brincaba, me daba la vuelta, incluso bese a una. No estuvo tan mal.



Seguí ahí un par de horas, casi hasta media noche. Me aburrí, siempre me aburren las platicas de borrachos, por eso casi nunca hablo. Estaba el clásico YO-YO, aquel que no te deja hablar, al que todo le ha pasado, el que todo lo sabe, el que es el mejor en todo. Yo solo lo miraba, miraba aquella fea boca, moviéndose, ya no escuchaba lo que decía, miraba sus ojillos negros, casi cerrados. Y pensaba, ¿Quién se va a animar a cerrarle la boca de un madrazo?. Nadie se animo, así que conto toda su vida, bueno conto casi cuatro vidas. Mil mentiras.



Estaba también el galán, nunca le habíamos conocido alguna novia, pero siempre hablaba de “sus mujeres”, siempre eran las mas lindas, las mas buenas y las mas “ponedoras”. Entonces nos enganchamos en eso. Todos hablamos de mujeres, y yo era el único que tenia novia, de verdad patético. Éramos perdedores en todos sentidos. Sobre todo en temas de mujeres. Con mi novia no había llegado a nada mas lejos de una “mamada”. Y de eso hacia un par de meses.



Las gordas también se aburrieron, vilmente nos abandonaron cuando ya nadie les puso atención. También en el zoológico te aburres de ver los elefantes. Era otra “fiesta’’ clásica de nosotros, siempre puros hombres y cuando alguien se aventuraba a llevar mujeres, nunca iba ninguna de menos de cien kilos. Que eso en si no es algo malo. También tienen su corazoncito, incluso entre nosotros había alguien que las prefería. Pero era demasiado para mi, que me gusta tocar la piel pegada al hueso.



En algún momento de la noche mi novia me llamo, me estaba esperando. Yo ya andaba colocado, cerveza de todas las marcas, Vodka de solo una marca, la mas barata. Un churro de la verde limón, según dijo el conecte, y un “esquinazo” de coca, rebajada con aspirina y veneno para ratas. Un verdadero coctel. Cuando eres joven, con principios de alcoholismo, tienes novia, pero esta no te da sexo, tan solo reclamos. Te cansas rápido de ella, y a mi me estaba pasando. No hay nada peor que una mujer riñéndote siempre.



Pensé en mandarla al diablo, el alcohol y una buena imaginación, pueden servir como sustituto en las noches solitarias, eso todos los presentes lo sabíamos. Traje su recuerdo a mi cabeza, sus ojos dormilones, fue lo primero en que mi fije al verla cuando nos conocimos, hacia ya seis meses. Luego seguí con sus labios, eran delgaditos, como el trazo suave de algún pintor impresionista. Sus piernas largas embarradas en la mezclilla de sus pantalones. Su espalda, que me dejaba acariciar y besar de vez en cuando. Siempre he sido un hombre de espaldas, y cometí el error de confesárselo. Ahora lo usaba en mi contra. Recordé todo su cuerpo, que aun no conocía, pero que prometía mucho. La decisión estaba tomada, siete u ocho borrachos no pueden competir contra eso.



No me despedí, nunca lo hago. Vomite antes de subirme al auto, no me sentí mejor. Seguía mareado. Todo aquel coctel seguía dando vueltas en mi sistema. En ese momento era el clásico borracho que cree que todo lo puede. Encendí el auto y me lance hacia la húmeda noche, en busca de mi recompensa. Sexo.



Manejaba un poco rápido, no demasiado arriba del límite, sonó mi celular, conteste, era ella. Aun mas enojada. Todo aquel coctel manejaba junto conmigo, todos sus gritos en mi oído a través del celular, manejaban junto conmigo. M e pase un alto, otro coche me golpeo sobre el lado del copiloto, perdí el control me estrelle contra un poste de alumbrado publico. Les digo que soy un borracho consiente, asi que me había puesto el cinturón de seguridad. Ayudo. Pero no demasiado cuando el acero de la puerta del lado del conductor se aplasto contra el poste, partiendo mi cadera, mi tibia y me peroné en varias partes.



Me quede ahí con mi auto destrozado contra un poste, mirando la lluvia, mientras un dolor fuerte me recorría el cuerpo, mi pierna dolía tanto, que en algún momento dejo de doler. Se convirtió en un destello de luz blanca. No me desmaye, pero el dolor era tal, que ya no dolía, era mas fuerte que lo que mi cerebro podía procesar como dolor, solo quedaba aquella luz blanca.



Ella aun seguía gritándome por el teléfono, aquello me dio risa. Tal vez el coctel ayudo un poco. Pero me dio risa. Me reí como loco. Los paramédicos me encontraron llorando de risa. Me preguntaban que si me dolía, y les decía que no, y volvía a reírme. Todo era tan gracioso.



Me llevaron a urgencias, robaron mi cartera. El celular no porque lo tenia en mi mano. Así que pude contarle a ella lo que me había pasado, le dije a donde me habían llevado. Media hora mas tarde ella lloraba agarrada de mi mano. Yo estaba en una camilla, en alguna sala de urgencias, esperando ver las radiografías. Llego una doctora, era guapa, cabello rubio y ojos claros. Aquello no importaba. El dolor regresaba.



Me dijo e intento mostrarme en la radiografía, que mi cadera estaba partida, que mi pierna izquierda, ahora estaba dividida en siete partes. Mi rodilla estaba del tamaño de un balón de basketbol. El dolor recorría todo mi cuerpo. Ella lloraba, yo lloraba. Ella pedía perdón. Yo gritaba por un analgésico, no quisieron darme nada, debido a lo que había consumido. Así que aguante mis buenas tres horas con ese dolor blanco dándose festín con mi cuerpo.



Me operaron al día siguiente, estuve cinco meses sin poder caminar, tres meses de terapias, solo el sesenta por ciento de mi sueldo, gracias al seguro. Conseguí un par de muletas, conseguí el numero de teléfono de una enfermera, nunca le hable.



Conseguí una novia mas comprensiva, ahora me daba sexo cada vez que yo quería, eso se complicaba un poco debido al aparatejo que me habían puesto sobre la cadera. Pero nos las arreglábamos. Además cinco meses es mucho tiempo para no hacer nada.



Algún tiempo después de recuperarme regrese a la cerveza, también regrese al vodka. Y también regresaron sus reclamos. No aguantamos mucho, termino yéndose o yo termine echándola. No lo se, no lo recuerdo, el caso es que terminamos. Ella se llevo el auto, después de que lo reparamos. Desde entonces no he vuelto a conducir, ni a bailar.



A mi solo me quedo este recuerdo, una placa en mi cadera y quince tornillos en mi pierna izquierda.

viernes, 8 de abril de 2011

MI ENCUENTRO CON DIOS

Entre a aquel bar, apestaba
Habia un tipo sentado en la barra
Me sente a su lado
Que tomas? pregunte
- Agua - me dijo
Su aliento apestaba a vino barato
Termino su vaso de un trago
Pedi una cerveza, el otro vaso con agua
Sirvieron nuestro pedido
El tapo su vaso con una de sus manos
Cerro los ojos por un segundo
Y comenzó a beber de nuevo, con tragos pequeños
Después de eso no paso gran cosa
Yo segui con la cerveza y el con su agua
En un momento me lavante de un brinco
- Eres un hijo de puta – le grite
- Llevas descansando desde el séptimo dia –
El ni siquiera volteo a mirarme
- vamos se que puedo derribarte, tengo un buen gancho de izquierda -
el siguió con su agua
volvi a sentarme
como lo haces?
Como hago que?
Como haces para soportar?
Porque no terminas con todo?
- Aun no me da la gana – dijo tranquilamente
Volvi a brincar
- Anda hijo de puta se que puedo patearte el culo, se que no eres tan rudo -
Esta vez si volteo a mirarme
Fue una mirada triste
reflejaba el cansancio de alguien que sabe que se ha equivocado
Me dio un poco de lastima
Volvi a sentarme
-Perdona-

- no importa -

- tu sabes el alcohol -

- Es la única forma de soportarlo hijo mio -
Después de eso levanto su vaso,
dijo salud.
y seguimos ahi sentados.

LISTA DE REPROCHES

Acomodando algunos libros encontré un sobre,

Pude reconocer tu letra mientras leía la palabra Adiós

Sabía lo que había adentro.

Tú nota de despedida,



La volví a leer,

Después de tantos años.

Fue algo extraño,

Creo que si la hubieras escrito ayer

Podrías hacerme los mismos reclamos.



Que nunca suelto la botella,

Que siempre estoy rodeado de borrachos,

Que nunca salgo a pasear contigo,

Que la casa es un desastre,



Que el dinero no alcanza,

Que no tengo trabajo, ni ganas de buscarlo,

Que nunca te regalo nada en navidad,

Ni en catorce de febrero,

Ni en tu cumpleaños.



Que nunca recuerdo nuestro aniversario.

Que ya no soy cariñoso ni tierno,

Y si por las noches me arrastro a ti

Es solo buscando sexo.



Que huelo mal porque no me baño a diario.

Que si el amor aun no se ha acabado

Yo lo estoy ahogando en cerveza.



Al final decías que te daba lastima,

Porque después de marcharte yo tocaría fondo

Y moriría solo.



Lo que tu nunca supiste, Querida mía.

Fue que siempre estuve en el fondo,

Siempre estuve muriendo

Y siempre estuve solo.



Y si hoy aun estuvieras aquí

Yo te ayudaría

A hacer tus maletas.

EL CAMINO MAS RAPIDO A LA LOCURA

Esperando,

a nadie,

ninguna visita, ninguna llamada,

esperando, la nada.

esperando terminar la botella

llegar al fondo y encontrar algunas respuestas.

y que las letras bailen.

dejar que la noche avanze,

y poder una vez mas vencer al sueño.

esperando,

que el tiempo muestre un poco de misericordia,

mientras caliento la cena,

intentando calmar el hambre.

La soledad puede volverte loco.

te atrapa por el cuello,

y no te deja respirar,

la cabeza se te llena de humo,

entonces empiezas a trabar amistad con el espejo,

comienzas a platicarle tu vida a los zapatos,

invitas a beber a las arañas y las ratas.

luego la casa se llena de recuerdos, de fantasmas,

y tu te vas con ellos a la cama.

el sueño te vence y te atrapan las pesadillas.

hay muchas formas de llegar a la locura.

y solo una salida,

la muerte.

esperas..........

esperas que llegue a reclamar tus huesos

esperas..........

solo esperas.....

lunes, 4 de abril de 2011

A TI QUE NO LO VALES

La ultima noche
De mis noches tranquilas
Se agota.


El ultimo de mis sueños desperdiciados
Se pierde,
Con la primera luz de la mañana.


La ultima neurona
de mi cerebro enfermo
grita.


la ultima gota
de mi sangre hirviente
grita.


la ultima herida,
de la ultima de mis batallas perdidas
duele.


el ultimo de mis besos amargos
se desperdicia,
en otra boca.


el ultimo de mis abrazos cansados
solo consigue abrazar,
la nada.


la nada y tu ausencia
que parecieran ser
la misma cosa.


el ultimo recuerdo
de mi memoria
grita.


el ultimo pedazo
de mi corazón roto
grita.


la ultima esperanza gastada
de una vida de fracasos
muere.


el ultimo aliento
de mi respiración
duele.


inhalar, exhalar
duele.


mi cuerpo completo
duele
se vuelve loco
y muere.


por ti,
Por ti,
que no lo vales.

EL HOMBRE DE LAS MULTITUDES

Ver la humanidad

Constituida en multitudes,

me mata la esperanza.

Son solo unos pocos los que han vivido

vidas duras he imposibles.

Veo sus rostros

Cuando me aventuro salir a la calle.

cómodos, pensativos, tristes,

sonrientes, felices,

estúpidamente pasivos.

Algunos jamás se volverán locos

Sus vidas serán muy aburridas,

No me identifico con nada

Ni con nadie.

No comparto sus gustos

No me gusta lo que piensan,

No me gusta lo que dicen

No encuentro vida en ellos.

Me detengo en medio

De esos ríos de brazos

Piernas, cabelleras,

Cabezas que no piensan,

Corazones que no sienten,

Almas que jamás se liberan.

Doy vueltas sobre mis pies

Los observo,

Veo sus ojos

Intento capturar su esencia .

Ver su alma

Solo encuentro la derrota.

Me pongo mal.

Algunas veces

me siento completamente solo en el mundo.

otras veces

la mayoría,

tengo la certeza

de que es asi.

martes, 22 de marzo de 2011

EL AMOR DANZA EN LAS SOMBRAS

Estoy asustado.

Ella esta a punto de vencerme.

Me tiene en la lona, la cuenta llega a nueve.

Yo estoy aqui escribiendo desesperado, completamente asustado.

Ella duerme en la otra habitacion,

Su respiracion rasga el silencio,

Al cual estaba acostumbrado.

Es una buena mujer, no quiero hacerle daño,

Tengo miedo ser vulnerable y no quiero que ella me haga daño.

Estoy a punto,

A punto de matar lo que soy, mi individualidad,

Mi yo que me pertenezco solo a mi mismo.

Enciendo un cigarro,

El humo llena mis pulmones.

Estoy a punto.

A punto de ir hacia ella, meterme en la cama,

Besar su espalda,

Y con la voz calmada, en un susurro,

Decirle te amo.

El amor danza en las sombras.

Afuera,

se escuchan los grillos,

La luna brilla alto.

Mientras el mundo se da un respiro.

jueves, 10 de febrero de 2011

Me dueles
En las noches me despierto con un dolor en el costado
Abrazado a tu ausencia, entre sabanas olvidadas
Como si me faltara algo
Entre Sombras que asemejan fantasmas, bailando de madrugada

Y me duele tu recuerdo, Me quema por dentro,
Me duele esta cama vacía, la noche eterna, la mañana que le sigue
Me duele tu foto en el buró, tus objetos olvidados
El sonido del despertador, el tener que levantarme

Sigo la misma rutina, abrir el agua caliente
Bañarme, luego el cepillo de dientes
La camisa planchada, los zapatos lustrados
Frente al espejo peinarme

Y me duele tu ausencia, tu aroma en la habitación
Estas cuatro paredes, que me hablan de ti
Que me recuerdan que ya no estas
Y me duele no tenerte, la soledad que el espejo me devuelve

Salgo a la calle, a tiempo en el trabajo
¡Buenos días! ¿Buenos días?, Si supieran
La hora de la comida, pero últimamente
Ni siquiera he comido bien

Y me duele no verte, tu que siempre estabas aquí
Compartiendo la comida, el momento
Compartiendo nuestras vidas
Como ha pasado el tiempo……………..

Fin de la jornada, vuelvo a casa
En medio del tráfico, te pienso a cada momento
Esta ciudad es tan grande, el mundo inmenso,
Yo estoy aquí, ¿pero tu en donde?

Y me duele que no estés para recibirme
Que no haya nadie esperándome
Me duele que la vida siga, como si todo fuera fácil
Como si no te hubieras ido

Me dueles, como no tienes idea
Con un dolor más fuerte que mis ganas
Un dolor con todas sus letras
Con un dolor de muerte.

miércoles, 9 de febrero de 2011

LA CHICA MAS LINDA DE LA CIUDAD








Era un sábado como cualquier otro, tan gris como cualquier otro.
Llevaba varios días sin salir de casa, aun seguía metido en mi unilateral guerra contra el mundo. Era tarde, y aun seguía en cama, sin comer y sin ganas de salir a ninguna parte.
Pronto recordé que había un tipo que me debía algo de dinero, era un buen momento para visitarlo.
Me puse un pantalón sucio, los zapatos gastados y aquella camisa negra que siempre usaba, siempre me ha gustado el color negro, me hace sentir bien.


Mi padre ya me había advertido, debía encontrar trabajo o me echaría a la calle, me había gritado que no pensaba seguirme manteniendo, de cualquier forma, con trabajo o sin trabajo, el terminaría echándome. Estaba cansado de mi.
También yo estaba cansado de mí.


Me senté un rato sobre la cama, frente al espejo. Podía ver mi rostro. No me había afeitado en días, abrí la boca y vi mis dientes manchados, ese color amarillo gastado
en todos mis dientes, acumulado durante años de no cepillarlos. Yo no era un tipo guapo, ni siquiera bien parecido, pero estaba consiente de ello, y no me causaba problema.
Me eche hacia atrás con las manos sobre la nuca, entonces volví a pensar un poco en el suicidio, de la forma en la que todos lo hacemos, como esa puerta segura de escape, pero no muy decorosa.
Pero la idea escapo rápido de mi cabeza, después de todo siempre he sido un cobarde.


Antes de irme pase al baño a mear, me eche un poco de agua sobre la cara, luego me seque las manos sobre el pantalón.
Antes de salir aplaste una cucaracha que trataba de esconderse entre el retrete y pedazos de papel sanitario que habían caído al suelo.
Salí rápidamente, dando grandes pasos hacia la puerta principal, no quería ver a ninguna persona antes de salir de casa.




El sol lastimo un poco mis ojos, me cubrí con una mano, mientras trataba de recordar el camino a la casa de Pedro, hacia un calor de los mil demonios, de pronto se me antojo una cerveza. Empecé a caminar, eran unas ocho calles hasta donde tenia que ir.
Pero una tarde, en un sábado de verano y el cuerpo reclamando una cerveza, bien valía las ocho calles.
No tarde en encontrarme con la primera persona, una señora que llevaba de la mano un niño pequeño de unos tres o cuatro años, era una señora gorda, con grandes brazos y el pelo rizado, con una cabeza redonda y tres papadas que le tapaban el cuello, usaba una blusa verde y un pantalón deportivo gris, caminaba de prisa. Ella ni se fijo en mi, pero el mocoso me enseño la lengua. Eran los primeros seres humanos que veía en días, y no me sentí mejor.






Conocía a este sujeto, gracias a que mi padre me había mandado alguna ocasión a ayudarle en un trabajo, gracias a eso cada vez que el necesitaba un ayudante al cual pudiera pagarle una miseria, me buscaba, yo siempre terminaba aceptando, mas que por ganas era por que mi padre siempre estaba presente, y de haber dicho que no una sola vez
Me hubiera corrido de la casa.
Y yo necesitaba un techo y una cama, necesitaba un lugar donde esconderme.


Habíamos hecho ese trabajo juntos, no era gran cosa, pero necesitaba el dinero, tanto como una cerveza


Pedro no me agradaba y yo no la agradaba, para el era solo mano de obra barata, un imbecil que le ahorraba el trabajo pesado. El para mi no significaba nada, sin embargo el veia en mi a un ser inferior a el.


Esa clase de personas necesitan a gente como yo, que les haga sentir que no son tan miserables, que después de todo no es tan malo, tener una vida “normal”.
Por que personas como yo representa para ellos lo mas bajo de la humanidad, gente, sin ambiciones, sin metas, sin valor.


Pero el era mas miserable que yo, esclavizado a un trabajo rutinario, atrapado en sus deudas, en una telaraña de recibos y obligaciones.


Llegue hasta su casa, lo encontre regando su jardin.




Le eche una mirada, el también me observaba




─ Que hay Pedro - le solté-


─ Nada nuevo


(Silencio)


─ Donde te habías metido. – Por fin pregunto-


─ he estado haciendo algunas cosas


Mostró una sonrisa burlona, sabia que yo mentía.


─ me han ofrecido un trabajo, ¿que dices?


─ Tal vez


─ debes decidirte o encontrare a alguien más


─ eso estaría bien


─ así será


─ Oye, tendrás el dinero del trabajo anterior, el viejo me a echado a la calle


─ Tal vez deberías ayudarme en este trabajo que me ha salido


─ Ahora mismo analizo otras opciones


─ Bien como quieras


─ Tendrás el dinero?


─ Solo esto


Metió sus manos a su bolsillo, y saco un par de billetes arrugados, era menos de la mitad de lo que me debía, tome el dinero y me despedí.


─ Esta noche pensare lo del trabajo.


No contesto. Observo como me retiraba, vio mi ropa sucia y gastada, mi cabello despeinado, mi barba crecida.
Se paso una mano por la cabeza, esbozo una pequeña sonrisa y entro, se acomodo en su sillón preferido, frente a su televisor de cuarenta pulgadas, que había comprado a crédito y que aun debía. Ahí, justo ahí, mirando el noticiero nocturno,
Gastaba sus horas libres.


Camine las dos calles hasta la parada del autobús. La tarde se estaba acabando y la noche se presentaba con aquella luna llena, iluminándolo todo desde el cielo.




Metí las manos en mi bolsillo. saque los billetes, no era mucho, pero podría comprar un par de cervezas, de pronto me sentí bien, y no se porque, solo se que me sentí bien.
Dibuje una sonrisa, patee una lata que estaba sobre la banqueta, eso asusto a un gato, que buscaba comida entre la basura, era un hermoso gato, no me gustan los gatos, pero ese era un buen gato, uno grande, de pelo blanco y un poco de café, de orejas puntiagudas y una larga cola. Un gato vagabundo. Buscando migajas, entre papel sanitario, envolturas de regalo, cáscaras de huevo, algunos pedazos de verduras, tal vez algún hueso. Buscando comida entre bichos, gusanos y cucarachas. Tal vez aquella noche disfruto una buena cena.




Conocía un bar cerca del centro, un lugar de baja categoría. Para obreros y vagabundos, ladrones de poca monta y putas baratas. Me gustan esos lugares. Un lugar para perdedores.
Soy uno de ellos.




Llegue a la parada del autobús, un par de obreros esperaban también. Con sus uniformes azules, sus gafetes colgados de la solapa, y con esa marca de derrota en el rostro. Sabia como se sentían, yo también había trabajado en una fábrica de esas. Donde te explotan por nueve horas. Te hacen trabajar como maquina y aprendes a esperar el día de pago como si fuera la navidad. Pero solo recibes miserias, mientras los ejecutivos con sus grandes barrigas, se dan la buena vida, con sus finas mujeres. Todo a costa nuestra.




Llegaron después dos jóvenes, parecían estudiantes, un hombre y una mujer. Me pidieron un cigarro. Les dije que había dejado de fumar, aproveche para ver de cerca a la mujer. Era una linda chica, tal vez exageraba en el maquillaje, pero tenia lindos ojos. Siguieron caminando. Los seguí observando hasta que los devoro la noche.




Llego el autobús. Empezamos acercarnos a la puerta. Tuvimos que esperar mientras otros bajaban. Al fin subimos. Me acomode en un asiento. Junto a la ventanilla. Poco a poco se comenzó a llenar. Hombres y mujeres. Con los rostros cargados de preocupación, de cansancio. Con los cuerpos agotados. Los brazos caídos, podías mirar en sus ojos la derrota.




Me deprimí un poco. Sentí lastima por todos ellos.


El camino se me fue haciendo largo. Comencé a desesperarme. La idea de volver empezó a tentarme.


De pronto la vi. A unos cuantos pasos de mí. Tomada de un asiento para sostenerse, parada cerca de la puerta del autobús. La chica más linda de la ciudad.


Era hermosa y no podía dejar de mirarla, parecía que una fuerza, atrajera mi mirada hacia ella. Yo me encontraba a dos asientos de donde ella se sostenía.
Casi frágil, casi ausente, casi poesía.
Parecía que una galaxia entera brillaba dentro de ella.
Resplandecía, no se si era el efecto mortecino de la luna, o el neón de los anuncios de la acera. Ella resplandecía y yo creí que un ángel debería verse así.
Le invente un nombre. “Elizabeth”. En medio de mis pensamientos imagine una vida con ella. Pude incluso probar sus besos.
Llevarla al cine. Caminar juntos de la mano. Imagine una pequeña casa, la cual compartíamos, un par de hijos y un perro. Una vida juntos y al final morir de viejos.


Su rostro era perfecto. Un par de ojos con grandes pestañas, una nariz pequeña y unos labios delgados. Enmarcado por ese largo cabello negro.
Era delgada, casi de mi estatura. Llevaba una maleta pequeña junto a sus pies.
Bestia una blusa roja, un pantalón negro entallado, y unos curiosos tenis rojos.


La ame en el acto, ame sus grandes ojos, grandes como platos, y negros, tan negros como un futuro conmigo. Ame su cabello, igual de negro, su tenis rojos. La ame completamente. Toda. Ella toda.


Los demás hombres también la observaban. Yo sabía que ella era algo inalcanzable. Chicas como ella no se enredan con tipos como yo. Todos en el autobús lo sabían. Todos habían advertido su belleza. Ella parecía darse cuenta que era un ser superior, pero seguía ahí. Tomada de aquel asiento. Tan natural, tan bella.




Sentí deseo de hablarle. De conocer su nombre, pero no me atreví, jamás hubiera conseguido decirle algo. Solo la observaba y lo demás dejo de importarme, solo existía ella y nada mas.


Ella ni volteo a mirarme. Iba callada con la vista fija hacia la calle, a través de la ventanilla.


De pronto me pareció ver una sombra de tristeza en sus ojos,
Como si algo le doliera. No algo físico. Algo más importante, más doloroso. Imagine que tal vez abría peleado con el novio. Tal vez lo abría encontrado con otra chica. Y ella estaba sufriendo. De nuevo quise acercarme. Tal vez yo podría consolarla.


Trataba de encontrar una razón para hablarle, se me ocurrió preguntarle la hora. Solo que no traía reloj.


Algo referente al camino. Algo acerca de su maleta. Ninguna me pareció buena idea. Nunca he sido bueno hablando. Menos con las mujeres.


Decidí que cuando ella bajara yo bajaría tras de ella y me ofrecería ayudarla con su maleta. Luego me pareció mala idea. Por mi aspecto, quizás creyera que trataba de robarla.
-Chicas como ella no se enredan con tipos como yo- volví a repetirme. Lo mas que podía aspirar era verla de cerca, maravillarme con su deslumbrante belleza, la observe palmo a palmo, quise grabarla en mi memoria. Para cuando no la tuviera cerca.


El autobús hizo una parada y ella bajo, yo me quede ahí, mirando como se perdía en la noche, me quede absorto, enfermo de tristeza, me sentí tan vació, tan indigno y odie el maldito autobús, mi maldita vida y al maldito mundo, había perdido a la única mujer que había amado en la vida, esa noche, ella sin desearlo, sin siquiera saber que yo existía, me partió el corazón y se llevo una parte, la mejor de todas.


El autobús siguió su camino, unos minutos después baje, quise caminar un poco.
Tal vez el viento fresco me calmara un poco. Vi alejarse el autobús, lo vi confundirse en el trafico nocturno y con el desaparecieron mis esperanzas.


Al fin estaba frente al bar, dude en entrar, quizás debería cambiar mi vida, - pensé-
Algo me dijo que era demasiado tarde, jamás volvería a encontrarla. Al cruzar la puerta me golpeo el aroma a sudor, a cigarrillos y alcohol barato, por fin aquella noche volví a sonreír. Estaba en mi ambiente.

Camine hacia la barra y me senté, una mujer algo vieja, con exceso de maquillaje, tratando de disimular el tiempo y las arrugas que deja, me dio la bienvenida, saque un billete arrugado y pedí una cerveza. Unos segundos después la tenia frente a mi, la botella estaba fría, dentro podían verse las burbujas ansiosas por salir. Detrás de la mujer había un gran espejo podía verme claramente reflejado en el. Quizás después de todo yo no estaba del todo tan mal.

Cerré los ojos por un momento, mi cabeza se lleno con su recuerdo, “Elizabeth”.
Le dije adiós en el pensamiento.
Esa primera cerveza la brinde en su honor.