Acercándome lentamente
A mil kilómetros por segundo
Sin descanso
frente al espejo
me miro por dentro
Explorando mis propios limites
Llegando al umbral de mi dolor
Mis ojos se han ido marchitando
Guardo una tormenta bajo los parpados
Un grito ahogado en la garganta
La noche suena
Atrapado en mi propia prisión
Anquilosado en este cuerpo que no siento
Espuma blanca escurre de mis dedos
Con espanto enfrento a mi propio demonio
Me deshago de el
Ahora la culpa se ha convertido en plaga
Mi piel se ha llenado de escamas
Mate a dios esta mañana
Ya no poseo amigos imaginarios
El silencio se ha ido reciclando
El día nace inmaculado.
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